Liberando el Cuerpo Dolor hacia el Cuerpo Placer
¿En que se diferencia tu trabajo de un masaje tántrico? Es una de las preguntas más habituales que me soléis hacer. En mis años de exploración del cuerpo y la energía, he observado que nuestro cuerpo alberga una capacidad de Placer inmensamente mayor de la que podemos imaginar. Para poder llegar a encarnarlo y sentirlo, es absolutamente fundamental e indispensable que primero acojamos y liberemos lo que llamamos el Cuerpo Dolor, siendo este el enfoque característico del acompañamiento terapéutico de mi trabajo.
A lo largo de la vida hemos ido generando una serie de creencias en relación al amplio abanico de la sexualidad en función de nuestras experiencias. Así se han ido produciendo bloqueos emocionales, tensiones internas y nudos energéticos en diferentes partes del cuerpo que nos han influido a la hora de abrirnos plenamente y con naturalidad a una vida satisfactoria. Para liberar estos bloqueos, recorremos lo que llamamos las corazas corporales, descritas por anillos en cuatro áreas principales: mental / cardíaca / abdominal / pélvico-genital. Estas corazas nos han ido además desconectando de nuestro Sentir (como ya he hablado en otros posts). Para gozar de una salud plena y que la energía bloqueada despierte y se armonice, es necesario desbloquear estos centros, abrir esas corazas, traspasar este Cuerpo Dolor tras el cual se despierta el mayor campo de Placer, no solamente el genital como nos enseñaron, sino un placer mucho más completo y expansivo, el Placer vital o del Ser.
Cuando vivimos atrapados en la tensión, no nos permitimos disfrutar de la vida. APRENDER A RELAJARNOS EN ESA TENSIÓN ES LA CLAVE para el despertar de la energía bloqueada y el reconocimiento del Cuerpo Placer. Esta tensión se haya concentrada en estos cuatro anillos o centros:
ANILLO MENTAL: Liberar la musculatura occipital y cervical reporta el alivio a las conexiones neuronales, el desbloqueo de memorias conectadas con el dolor y el entrenamiento a la entrega del estrés mental.
ANILLO CARDÍACO: Una respiración superficial que no completa el circuito respiratorio ni alberga la capacidad innata pulmonar, queda restringida en nuestro diafragma y zona cardíaca por lo que no permite que el oxígeno que alimenta y nutre nuestro sistema se expanda en toda su amplitud. Desbloquear la musculatura torácica y reponer nuevos hábitos respiratorios es esencial para gozar de una salud integral que permita la liberación de este centro fundamental en el riego del corazón, tanto en su matiz físico como en el energético.
ANILLO ABDOMINAL: Es nuestro centro emocional, el segundo cerebro, allá donde se guardan todos los No’es no expresados, toda la rabia contenida, toda la tristeza profunda.. dada la incapacidad tan alta existente de expresar las emociones, la tensión acumulada en este centro suele ser inmensa, lo que hace que la energía se bloquee en este centro y no permita subir hasta los centros superiores. Trabajar el tejido blando intestinal y su abanico interno es clave para que se pueda dar un sentir más profundo y completo. Las personas que tienen mucha tensión abdominal suelen ser personas totalmente desconectadas de su sensibilidad energética y emocional. A vientre más liberado.. ¡más capacidad de placer!
ANILLO PÉLVICO-GENITAL: La llamada coraza pélvica, el centro energético más potente, en cuya base se recoge el depósito de la energía sexual. Todas las memorias vinculadas con la sexualidad que de alguna forma u otra a tod@s nos han ido tocando desde edad temprana, quedan registradas en la memoria celular de esta musculatura: experiencia de dolor, vergüenza, insatisfacción, invasión, rechazo, abandono… etc.. Liberar estas memorias encapsuladas es posible y es nuestra responsabilidad para poder disfrutar de una auténtica y libre sexualidad.
Cuando nuestros centros comienzan a liberarse, la respiración natural por si sola se va expandiendo, llegando más oxígeno a todo el cuerpo, los espacios internos donde antes estaban contraídos por la tensión, ahora reciben esa nutrición celular y comienzan a cobrar vida.
Tras un trabajo de liberación, la sutilidad con la que la energía se despliega por todo el cuerpo es extraordinaria, el propio cuerpo con su función homeostática se autorregula, corrigiendo posiciones, la apertura y este flujo natural sanguíneo, respiratorio y energético, nos alinea bajando los niveles activos neuronales e intensificando las sensaciones corporales. Así, la energía sexual localizada en el área pélvico-genital, al despertar, puede encontrar naturalmente su sentido ascendente hacía las glándulas superiores permitiendo su expansión y los estados completos de Placer en su conexión más profunda, en su despertar con el Ser.
Aprender a despertar y habitar el Cuerpo Placer es nuestra continua y más sabia, saludable y gozosa elección de vida.